Lesiones que tratamos, parte 6: Pierna y muslo
En esta sexta entrega de nuestra serie sobre lesiones que tratamos, nos enfocamos en las lesiones que afectan la pierna y el muslo.
Estas áreas del cuerpo son propensas a sufrir daños por actividad física intensa, accidentes o sobreesfuerzos, y las consecuencias pueden ser debilitantes si no se tratan adecuadamente.
Desgarros musculares
Los desgarros musculares son lesiones comunes en el muslo y la pierna, especialmente en atletas y personas que realizan actividades de alto impacto. Estos desgarros ocurren cuando las fibras musculares se estiran más allá de su capacidad, lo que provoca un daño estructural.
Los desgarros pueden variar en severidad, desde leves (donde solo algunas fibras están afectadas) hasta graves (donde el músculo se rompe completamente).
Síntomas:
- Dolor agudo en el área afectada
- Hinchazón y hematomas
- Dificultad para mover el músculo lesionado
El tratamiento incluye reposo, fisioterapia invasiva y, en algunos casos graves, cirugía para reparar el músculo dañado.
Cortes de tendón o musculares
Los cortes en los tendones o músculos pueden ocurrir debido a accidentes con objetos punzantes o traumatismos directos.
Estas lesiones son particularmente graves ya que pueden comprometer la funcionalidad del área afectada.
Síntomas:
- Dolor intenso en el sitio del corte
- Pérdida de función en la zona afectada
- Sangrado y, a veces, exposición de tejido
Según el grado de la lesión se puede tratar con fisioterapia, en casos muy graves será necesaria la cirugía.
Cicatrices de desgarros antiguos
Los desgarros musculares no siempre se curan por completo y pueden dejar cicatrices que a menudo causan molestias persistentes o rigidez en la zona. Estas cicatrices pueden afectar el rango de movimiento y aumentar el riesgo de sufrir nuevas lesiones.
Síntomas:
- Rigidez o incomodidad al mover la zona afectada
- Dolor recurrente, especialmente durante la actividad física
- Limitación en la flexibilidad muscular
Las terapias de invasión mínima, como la ozonoterapia, pueden ayudar a mejorar la elasticidad del tejido cicatricial y reducir el dolor crónico.
Dolores musculares
El dolor muscular generalizado puede ser el resultado de la acumulación de tensión, microlesiones, fatiga o inflamación. Aunque estos dolores suelen ser transitorios, pueden convertirse en crónicos si no se tratan adecuadamente.
Síntomas:
- Sensación de pesadez o fatiga muscular
- Dolor sordo o punzante, especialmente después de la actividad física
- Sensibilidad al tacto en el área afectada
El tratamiento puede incluir masajes, fisioterapia invasiva y técnicas de liberación muscular.
Miositis osificante
La miositis osificante ocurre cuando el tejido muscular se transforma en hueso tras una lesión severa, como un desgarro o un golpe directo. Este crecimiento óseo anormal dentro del músculo puede causar dolor, rigidez y limitación de movimiento.
Síntomas:
- Dolor muscular persistente
- Hinchazón y sensibilidad en la zona afectada
- Dificultad para mover la pierna o el muslo
El tratamiento suele ser muy conservador, con fisioterapia para mantener la movilidad.
Periostitis (Shin-splint)
La periostitis, o “shin-splints”, es una lesión que afecta comúnmente a corredores y deportistas que realizan actividades de alto impacto.
Se caracteriza por la inflamación del periostio, una membrana que recubre el hueso, especialmente en la tibia.
Síntomas:
- Dolor agudo en la parte frontal de la pierna
- Inflamación y sensibilidad en la tibia
- Dolor que empeora con la actividad física
El tratamiento incluye reposo, hielo, cambios en el calzado y terapia física para reducir la inflamación y fortalecer los músculos de la pierna.
Cada una de estas lesiones puede tener un impacto significativo en la calidad de vida si no se trata correctamente. Es fundamental acudir a un profesional en cuanto se presenten síntomas para realizar un diagnóstico adecuado y recibir el tratamiento necesario.
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