La bursitis es un trastorno doloroso abordable que afecta a los huesos, los tendones y los músculos que se encuentran en las articulaciones. En esta nota te contamos cómo surge y cómo evitar estas dolencias.

¿Qué tienen en común el futbolista Arturo Vidal, la diputada Marisela Santibáñez o el histórico golfista Tiger Woods? Los tres -en algún momento de sus vidas- sufrieron de bursitis, que es la inflamación de una bursa, pequeño saco lleno de grasa que actúa como un cojín entre los huesos, tendones, articulaciones y músculos.

La bursitis es una condición común a nivel mundial y Chile no es la excepción. Estas dolencias físicas, según estudios, afectan sin distinción a todas las personas, sin embargo, este último tiempo es más común en adultos mayores, deportistas y trabajadores que realizan movimientos continuos y repetitivos, como en los rubros de la construcción o en la agricultura.

Al respecto, la doctora de Clínica CRL, Ana Vieira, detalla que la bursitis “corresponde a un inflamación de una estructura llamada bursa (en español se traduce a bolsa) que tiene como función disminuir el roce y la fricción entre estructuras de gran carga, facilitando la movilidad de la región en la que se encuentra”. 

“Generalmente -añade Vieira- tienen un contenido mínimo de líquido, pero al inflamarse aumenta su volumen lo que genera gran molestia”.

¿Cuáles son las causas? La doctora Vieira explica que “existen múltiples causas como las directas traumáticas (clásico ejemplo de la bursitis olecraniana) o las transmitidas por movimientos de los músculos que apoya, ya sea por problemas mecánicos, tendinosos, de cargas”.

“Existen tantos tipos como cantidad de bursas en el cuerpo (más de 150), que toman el nombre de la zona que se relaciona. Principalmente están en articulaciones como cadera (Trocantérea), hombro, codo (Olecraniana), rodilla y talón (Retrocalcánea), que son las que se afectan con mayor frecuencia”.

Prevención y tratamientos

Es clave trabajar en la prevención de estas dolencias, preparando el cuerpo y los músculos, como también evitando movimientos repetitivos y usando equipamiento adecuado.

La doctora Vieira precisa que “la prevención se logra manteniendo una adecuada condición física y entrenamientos frecuentes con cargas proporcionadas, tanto en trabajo como en deporte o cuando se quiere lograr algún objetivo en salud”.

Respecto al tratamiento, el doctor y especialista en Medicina del Deporte de Clínica CRL, Gabriel Garmendia, indica que “puede ir desde kinesioterapia enfocada en la terapia física de fortalecimiento muscular de la zona afectada por la bursitis, así como también en casos de mucho dolor e inflamación, realizando una infiltración previa para disminuir el cuadro inflamatorio y para que el paciente logre posteriormente efectuar los ejercicios de manera óptima”.

La bursitis es una condición que, aunque puede ser molesta, es abordable. El impacto en la calidad de vida puede ser importante, incluso limitando la actividad laboral y diaria. Sin embargo, con un diagnóstico adecuado y un tratamiento acorde, las personas se pueden recuperar.

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