¿Por qué duele más en invierno? El frío y las articulaciones

03/07/2025

Muchas personas notan que, con la llegada del frío, sus dolores articulares se intensifican. Pacientes con artrosis, lesiones antiguas o enfermedades reumáticas suelen decirnos en consulta: “Me empieza a doler más cuando hace frío”. ¿Es solo una sensación o hay una explicación real detrás de esto? Sí la hay, y aquí te la contamos.

El frío y el cuerpo: ¿qué pasa realmente?

Durante los meses de invierno, las temperaturas más bajas provocan una serie de reacciones en el cuerpo que pueden aumentar el dolor o la rigidez articular:

  • Vasoconstricción: el frío reduce el flujo sanguíneo hacia las extremidades para conservar el calor corporal. Esto puede afectar la oxigenación y nutrición de los tejidos, aumentando la sensibilidad en articulaciones lesionadas o con desgaste.

  • Mayor rigidez muscular y articular: con temperaturas bajas, los músculos tienden a contraerse y volverse más tensos. Esto limita el movimiento y hace que las articulaciones se sientan más rígidas y dolorosas.

  • Cambios en la presión atmosférica: cuando hay cambios bruscos de temperatura y presión (frecuentes en otoño e invierno), muchas personas con lesiones crónicas o artrosis sienten un aumento del dolor. Aunque no se entiende del todo el mecanismo, se cree que estos cambios afectan el líquido sinovial y la sensibilidad de los receptores nerviosos articulares.

  • Menor actividad física: en invierno solemos movernos menos y hacer menos ejercicio, lo que puede llevar a una pérdida de movilidad, fuerza muscular y mayor rigidez, generando un círculo vicioso de más dolor.

¿A quiénes afecta más?

  • Personas con artrosis (desgaste articular)

  • Pacientes con enfermedades reumáticas como artritis reumatoide

  • Quienes han sufrido lesiones articulares (esguinces, tendinopatías, cirugías previas)

  • Personas con dolor lumbar crónico o lumbalgia que se exacerba con el frío y la inactividad

¿Qué puedes hacer para sentirte mejor?

Aunque no podemos cambiar el clima, sí podemos preparar nuestro cuerpo para resistir mejor el frío:

  • Mantén el calor: usa ropa térmica, guantes, calcetines gruesos y protege las zonas más sensibles.

  • Actívate todos los días: moverse es clave para mantener articulaciones sanas. Bastan 20-30 minutos de actividad moderada (caminar, estiramientos, ejercicios guiados).

  • Calienta antes de moverte: especialmente si vas a hacer ejercicio, estira y mueve tu cuerpo progresivamente para evitar rigidez y lesiones.

  • Cuida tu alimentación: una dieta rica en antioxidantes y omega-3 ayuda a disminuir la inflamación.

  • Consulta a tu especialista: si el dolor es persistente o va en aumento, es importante hacer una evaluación médica y buscar estrategias personalizadas. Tratamientos como la fisioterapia, la terapia regenerativa o la viscosuplementación pueden ayudarte a pasar un mejor invierno.

Nuestro equipo de especialistas en medicina regenerativa, fisioterapia avanzada y traumatología está preparado para ayudarte a entender y tratar esos dolores que se intensifican con el frío. No normalices el dolor estacional: hay formas efectivas de tratarlo y prevenirlo.

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